La Casa del Diablo en Bucaramanga

La residencia conocida hoy como la 'Casa del Diablo' fue el hogar de David Puyana, un próspero hacendado del siglo XX, reconocido por sus éxitos en los cultivos y los negocios.

La leyenda que rodea a esta casa sugiere que Puyana había sellado un pacto con el Diablo, otorgándole el poder de observar las acciones de sus trabajadores, aunque estuviera ausente. Sin embargo, la realidad era que Puyana simplemente vigilaba a sus empleados utilizando un catalejo importado de Europa. A pesar de la explicación racional, el rumor se propagó por toda la ciudad.

Incluso se cuenta en las historias urbanas que Puyana tuvo que idear un plan para engañar al Diablo y evitar que se llevara su alma. Se dice que, antes de su muerte, redactó su testamento y disfrazó a un chivo con ropas, haciéndolo pasar por él mismo para así burlar al Diablo y proteger su alma.

Además, la leyenda sugiere que la inclinación de la casa se debe a un acto de molestia del Diablo, quien, al no poder llevarse el alma de su "socio", dio un puntapié a la construcción como muestra de su frustración.